4. CONTRIBUYE A LA MEMORIA FAMILIAR
Más allá de mis diarios personales, que escribo desde los 11 años, Tahiel, mi hijo, tiene un diario por cada año de vida. Y muchas veces nos pasa que estamos hablando de una persona, de un viaje o de un acontecimiento y, como no nos acordamos de algo, recurrimos al diario.
Además, cuando seamos todos más grande, leer y mirar ese diario, se convertirá en la memoria de nuestra familia, de los que a lo mejor ya no estén con nosotros, de los barrios en los que ya no vivimos, de los aromas que ya no olemos y hasta de los amigos que siguieron por otros caminos.